Saber relacional

SABER RELACIONAL. COMPETENCIA GENÉRICA DE POLÍMATAS
POR DGLS/na 08.2016
El saber relacional se puede concebir como la competencia genérica capaz de hacer surgir los ¡Eureka!!! que de vez en cuando aparecen en los distintos espacios del conocimiento; ciencias duras, artes y humanidades, ciencias sociales, jurídicas, ingeniería, arquitectura, etc.
La conceptualización de este constructo emerge a partir de la reflexión sobre tres fuentes: el concepto de polimata y dos enseñanzas de dos de los grandes sociólogos españoles; Jesús Ibáñez y Lamo de Espinosa.
Ibáñez nos contaba en unos cursos de doctorado impartidos en 1986 en la facultad de sociología de la UCM, que, pensando en los aprendizajes, que pueden ser muy variados, se pueden distinguir tres arquetipos: Uno para salvarse como alumno, otro para salvarse como profesional y un tercero para salvarse como persona.
Tomando esta referencia se podría decir que habría aprendizajes típicos de:
El alumno/infante (aprendizaje 0), de relación mimética con lo que le proponen como enseñanza, que sólo tiene que preguntarse: ¿y ahora qué hago? Le basta con memorizar lo que le han dictado y reproducirlo en cualquier examen. Así se salvará como alumno. Es un aprendizaje que sigue un método/proceso de imitación y copia, y que sólo utiliza la información dictada o que puede encontrar con un guion en la enciclopedia/Internet. Es un aprendizaje que a duras penas da para actuar como profesional.
El técnico/especialista (aprendizaje 1), de relación instrumental individuo-medio, que ya se pregunta ¿qué hago? y ¿por qué hago como hago lo que hago? Precisa tener conocimiento para realizar determinados procedimientos/actos que le permitirán salvarse como profesional de su especialidad, más cuanta más experiencia tenga. Precisa el apoyo de algún método/proceso de instrucción sobre esos procedimientos y nueva instrucción para aprender nuevos procedimientos. Es un método que utiliza información suministrada o buscada con su propio criterio, y que consume o construye conocimiento de la especialidad, consistente en manejar información con un carácter aplicado a procesos concretos. Puede utilizar procedimientos con idénticos modelos (isomórficos). Con un modelo de procedimiento puede hacer otro semejante, aunque sea con otra escala o con distintas variantes conservando la estructura del modelo.
El sujeto/persona (aprendizaje 2), estableciendo una relación ética individuo-medio, que hace posible preguntarse qué hacer, por qué hacer de determinada forma lo que se hace, y para qué/quienes lo que se hace. Utiliza un método de reflexión crítica y autocrítica constructivista. Precisa información, suministrada o buscada con criterio propio, conocimiento construido “ad hoc” y saber relacional. El saber que posibilita poner en juego/relación conocimientos de distintos campos para construir otros nuevos y nuevos procedimientos con modelos de distintos campos (homomórficos). Este aprendizaje permite salvarse como profesional y como sujeto/persona.
Lamo de espinosa en un esclarecedor artículo de 2004: Información, ciencia y sabiduría, sintéticamente viene a distinguir también tres dimensiones del conocimiento y se pregunta, al hilo de la sociedad que vivimos, inundada de datos, dónde quedó la sabiduría perdida con el conocimiento y dónde el conocimiento perdido con la información. Propone que la información refiere lo que hay, el conocimiento científico lo que se puede hacer con lo que hay y la sabiduría lo que se debe hacer con lo que se puede hacer con lo que hay.
Ambos referentes permiten la derivada que hace emerger el constructo saber relacional. El primero de sus tres niveles refiere sólo cantidad y variedad de datos, el segundo calidad aplicada y contingente de la cantidad/variedad disponible y el tercero las asociaciones posibles entre datos/información, los conocimientos científicos y el contexto histórico-social y ético concreto donde aplicarlos. Así es como precipita el significado y sentido del saber relacional. Se trata de la competencia genérica que hace posible las posibilidades sistémicas de relaciones y conversaciones en red, sean con otros o con otros referentes/teorías y con los contextos histórico-sociales vigentes, para generar creatividad e innovación, sea útil, bella o con valor de cambio
Dicha competencia va más allá de la inducción o la deducción, atravesándolas en un proceso mental-generativo que Simondon llama, transducción analógica. Es la competencia de todo polimata, desde los clásicos griegos, los renacentistas con Leonardo da Vinci de paradigma o los sabios de la Ilustración.
En la nomenclatura de 2016 hablamos de knowmads o analistas simbólicos, sujetos con esa competencia genérica aunque bastante rebajada la nobleza de su empleo, sea en los primeros como competencia para determinado puesto de trabajo generalista o en los segundos, anidando cual cucos en el ámbito económico-empresarial, centrados en la creación de valor de cambio. Sin mucho interés en lo útil, en el valor de uso o lo bello. Son las estrellas laborales de la cultura del simulacro en donde, como dice Baudrillard: “nos enfrentamos con una lógica de la simulación que no tiene nada que ver con la lógica de los hechos”
Y es que como dice Nietzsche: No existen fenómenos morales, sólo interpretaciones morales de los fenómenos
Nada es bueno o malo en sí. Depende de la ética individuo-medio de quien lo usa. El saber relacional, como todo, puede servir para esto, aquello o para todo lo contrario.